sábado, 20 de abril de 2013

De lolitas y monitos..

Francia alerta de que el fenómeno de las niñas lolitas amenaza a la igualdad
Las "lolitas" de la revista Vogue
La noticia es del año 2009, recuerdo que me llamó muchísimo la atención. Personalmente siempre me ha indignado el uso de los más pequeños como mero objeto de entretenimiento con la excusa del "mira que graciosos, qué desparpajo que tienen, parecen personas en pequeño". Con esta afirmación se les niega la propa condición de persona y se les relega a meros monos de feria. En ocasiones me parece que soy el único ser del planeta que advierte esto, en especial cuando me da por criticar ciertos programas de tv que hacen gala de esta forma tan (desde mi punto de vista) chabacana de entretenimiento y solo recibo miradas de desaprobación de mi interlocutor, como si yo fuera en realidad una especie de Herodes que se la tiene jurada a toda la infancia en general.
En este caso en concreto el uso indebido de la imagen de los niños resultó más evidente a casi la mayoría de la población, digo "casi" porque a la redactora de la revista Vogue, Carine Roitfeld, y todo su equipo le resultó de lo más normal utilizar la imagen de niñas de muy corta edad en poses y actitudes que eran una réplica de las de las modelos adultas. Según parece, el presidente de una de las principales firmas que financian a la revista estaba tan indignado con este asunto que provocó la salida inminente de la redactora Roitfelt.
El revuelo mediático fue mayúsculo por lo que la revista se vendió como nunca e hizo que los responsables del artículo, la redactora y el diseñador Tom Ford, estuvieran en boca de todos.
Esta polémica originó un informe de la senadora y exministra de Deportes, Chantal Jouanno, titulado "Contra la hipersexualización, una nueva lucha por la igualdad". En dicho informe declaraba; "se disfraza a las niñas como 'golosinas sexuales' en una carrera por la apariencia, la belleza, la seducción, el culto del yo", la exministra lamentaba que los niños ahora construyan su identidad a partir de "una regresión de la igualdad hombre-mujer, de un retorno de estereotipos que se cuelan en los vídeo-clips, en los juguetes, en las emisiones de telerrealidad".

 La magnífica película Pequeña Miss Sunshine (Jonathan Dayton, 2006) relata en clave de humor lo absurdo y grotesco de los certámenes de belleza para niños donde se imitan poses y estereotipos sexuales de los adultos que no sirven más que para eternizar la imagen de la mujer como mera mercancia por los siglos de los siglos.



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