jueves, 11 de abril de 2013

JASP (Jóvenes aunque sobradamente p*****dos)

JASP ¿Os acordáis de estas siglas?, seguro que la gran mayoría sí. Fue una campaña paradigmática por la difusión, el alcance y, sobre todo, por lo que dio que hablar con las dichosas siglas que eran fácilmente interpretables por la peor pensada audiencia, graciosillos de turno y aprendices de humoristas.

La campaña es del año 1995 y pretendía anunciar el nuevo Renault Clio mostrando a unos jóvenes (había una versión masculina y otra femenina del anuncio) que experimentaban el éxito producto de la magnífica preparación que habían obtenido en la universidad académica y en la de la vida (pese a que andaban por los veintitantos) por lo que necesitaban un automóvil que fuera como ellos joven, atrevido pero efectivo y fiable, un coche de chicos y chicas JASP, un coche de triunfador/a.
 
En el año 1995 había en España más universitarios que nunca (yo entre ellos) el éxito de los protagonistas del anuncio era el éxito que esperábamos todos. En el 95 se estaba empezando a salir de esa otra crisis que hubo a principios de los 90 y que ahora parece de chiste si la comparamos con esta. Recuerdo que un amigo mío (que trabajaba, no estudiaba) se compró el Clio, rojo, igualito al del anuncio, la verdad es que el diseño de líneas redondeadas y cierto aire deportivo respondía claramente a un estilo de vida desenfadado que se podía asociar a cierto tipo de juventud. Echad un vistazo al anuncio:

Sin embargo todos sabemos que aquello no era más que una ilusión. Después de acabar la carrera no te esperaban hordas de empresarios dispuestos a rebajarse los humos sólo para que tú les hicieras el enorme favor de trabajar para ellos porque eras joven, audaz, creativo y, sobre todo, porque estabas sobradamente preparado, para eso tenías tu carrera terminada, claro.
La realidad era tristemente otra; te vendían la moto o más bien el coche regalándote la oreja, diciéndote que era especial para ti porque tú eras especial, deformando una realidad que en nada se parecía a la del anuncio.



Este otro vídeo es mucho más contemporáneo pues se sitúa en el contexto de la crisis económica actual. Es un fragmento de un documental que usó como punto de partida la campaña publicitaria de JASP de la que hemos hablado antes. En él se muestran una serie de ejemplos de cómo se trata generalmente el tema de la juventud en la publicidad televisiva.
 

Nos habla de cómo la campaña JASP se basaba en la falsa ilusión que tenía la sociedad de los noventa sobre la preparación como una garantía de éxito y ascenso en la escala social.

Considero especialmente interesantes los siguientes fragmentos:

Minuto 5: En el anuncio se rebajaba el contenido de lo que significa prepararse, prepararse en el anuncio significaba capacidad para consumir, capacidad para cambiarte el despacho, ponerte lo nuevo y comprarte un coche nuevo” 

Minuto 6:30: “las sociedades desarrolladas van a tener que buscar soluciones basadas no en las coordenadas de dónde venimos sino con coordenadas nuevas, totalmente distintas.”
 
Minuto 7: “..pensando que el modo de vida que hemos alcanzado no es un modo de vida que se pueda generalizar a toda la población ni muchísimo menos, lo que se puede generalizar a toda la población es la capacidad para pensar, la capacidad para conocer,….que tengan un título universitario, pero de ese título universitario no se va a derivar riqueza. Que los los ciudadanos tengan un título universitario no va a hacerlos más ricos pero sí más inteligentes, más libres”.
 
Es interesante ver cómo la publicidad es capaz de, basándose en ciertos aspectos de la realidad, presentar una imagen desenfocada, exagerada y manipulada de la misma para, apelando a los sentimientos, redirigir las conductas de la gente. A mediados de los noventa podíamos ver como los viejos fantasmas del pasado se estaban esfumando, la llamada "cultura del pelotazo" que hacía fortunas a golpe de operaciones especulativas estaba a la orden del día (antiguamente se les llamaba trileros, ahora hombres de éxito), ante ese panorama la inmensa clase media soñaba con un crecimiento sin pausa donde sus hijos, que habían tenido la enorme suerte de ir a la universidad, alcanzarían profesiones de éxito y prestigio.
Como vemos, la película que nos contaba el anuncio de JASP, no tenía nada de cierta. Ahora parece más bien un triste chiste.  
 

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